IMPRESIÓN DULCE

La serie está compuesta por láminas pegadas con saliva a la pared, estas están hechas de papel de azúcar comestible afiches de películas eróticas y pornográficas de los años 70, así como clasificados eróticos del Periódico.
Estos carteles y portadas están mediados por la publicidad de producto, aquella que se aplica a los productos alimenticios con guiños y referencias que implican que el cuerpo existe como producto de consumo, donde el cuerpo se convierte en uno que existe solo para ser consumido, devorado, engullido y masticado.
Cuerpos que existen para dar placer y ser vistos como algo propio. La serie busca llevar esto a la literalidad absurda al permitir que el espectador pueda tragarse la obra. Ser un consumidor más que consume vorazmente las imágenes y el peligroso discurso que hay detrás.






